Rompe la quietud, deja que se eleve al cielo ese eco en la madera del tiento aferrando al cuero dale un poco más, quiebra la monotoní que se duerme en los zaguanes de la siesta cada día
Que el calor de tu sangre me ampara que el fragor de tus manos me tenga que tu pulso en el alma sostenga
Como a la vida pasito a paso sigo tu huella
Guarda en tus manos tan solo el toque el más preciso
Don de los sones con tus tambores tembla la tierra